Toda persona puede cambiar tantas veces como quiera de abogado, pues no existe ningún límite predeterminado. Ahora bien, lo ideal es no cambiar de letrado dentro de un mismo procedimiento pues de no existir un motivo que lo haga necesario, siempre será mejor que el encargo profesional sea asumido desde el inicio al fin por el mismo abogado.
No quita ni impide que si así lo desea pueda cambiar de abogado las veces que quiera dentro de un procedimiento. Pero debe de entender que no es lo normal ni lo deseable. No es cuestión de cambiar de abogado por pretender encontrar aquel que diga aquello que nos agrada escuchar.
El mejor abogado será aquel en el que confiemos y sea merecedor de nuestra confianza, pero no debemos de idealizar la relación de cliente y abogado.
Cuántas veces puedo cambiar de abogado
Cambiar de abogado antes del juicio
Dentro de los momentos en los que menos interesa cambiar de abogado, probablemente el peor sea antes del juicio, pues ya está todo el trabajo previo realizado y simplemente falta perfeccionarlo en la sala de vistas.
Que un abogado realice la preparación del juicio y otro lo lleve a cabo no es conveniente salvo que formen parte del mismo despacho o tengan la necesaria relación de colaboración y entendimiento. Pues por mucho que le queramos trasladar al abogado que vaya a juicio del contexto previo del pleito, no lo ha vivido y por tanto no habrá tenido un conocimiento directo, sino de referencia.
Cambio de abogado de oficio a particular
Cambiar de abogado para pasar del que nos han asignado inicialmente de oficio a otro particular no supone ningún inconveniente jurídico. Ahora bien, nos podrá pasar su minuta, pues hemos rechazado que finalmente preste el servicio para el que fue asignado de la lista del turno de oficio en aplicación del derecho a la tutela judicial efectiva y justicia gratuita de aquellas personas que tienen menos medios para litigar.
Hay que desechar la idea de que los abogados de oficio son menos profesionales que uno de pago o particular. Pues cada profesional es diferente y cualquier cambio es correcto si así lo decide el cliente, pero no por prejuicios de pensar que un abogado particular privado va a defender mejor sus derechos.
