Si no es abogado no debe pretender hablar como un abogado pues no cuenta con los conocimientos y experiencia requeridos.
Cualquier intento podría no estar correctamente asentado en una base jurídica y que su intento de parecer ser abogado puede ser un desastre contraproducente.
Si necesita a un abogado, lo mejor es contratarle y a ser posible un abogado especializado.
Querer hablar como un abogado es perfectamente legal, pero tenga cuidado, no puede hacerse pasar por un profesional que no es, pues podría incluso llegar a ser delictivo.
Intente expresarse bien, ordenar sus ideas y expresarlas de la manera más importante de lo importante a lo menos importante, para que de no dar tiempo o existir la oportunidad de seguir hablando, al menos habrá dicho lo más relevante y habrá dejado lo menos importante.
Para hablar como un abogado lo más importante es:
- Intentar no ponerse nervioso.
- No pretender usar un lenguaje muy complejo.
- No hable y evite pronunciarse de cuestiones que no entienda.
- En caso de que alguna cuestión le quede grande, indique que tiene que pensarlo.
No se precipite, no cometa errores y ofrezca una sensación de seguridad y control.
Los abogados no son perfectos, sino profesionales de la comunicación y la intermediación entre personas a nivel jurídico, por lo que no pretenda dar lecciones de derecho, sino hable claro y diga lo que necesita sin pretender ser pedante ni demasiado simple hasta el punto e llegar al absurdo.
Sea sincero, legal y honrado. No pretenda que con un buen lenguaje sea imponente o crear tensión, utilícelo para acercar posturas y evitar malentendido y avanzar hacia cuestiones positivas para todas las partes, que siempre es posible y compatible en alguna medida.