El abogado de oficio tiene la misma obligación de atención de sus casos que un abogado particular de pago.
Para el caso de que por desgracia su abogado de oficio no le atienda, tiene la posibilidad de interponer recurso de alzada en el Consejo General de la Abogacía o ante el Consejo de Abogados autonómico correspondiente (Madrid, Barcelona.. etc), mediante un escrito sencillo, manifestando lo ocurrido. También tiene la posibilidad de interponer queja formal frente al abogado, ya sea en la sede del Colegio de Abogados en formato papel, como se ha hecho toda la vida, o si lo prefiere online por internet.
Cada caso será diferente. Para cualquier persona que se dispone a iniciar un proceso judicial y pide al efecto un abogado de oficio, lo que espera es que después del plazo de concesión que en ocasiones es largo, el abogado se ponga de inmediato con nuestro proceso y lo deje presentado.
A pesar de ello, también debemos de ser consciente que todo abogado es persona y que puede tener problemas personales, acumulación de procesos, momentos de mayor trabajo, coincidencia con juicos… etc. El hecho de que no nos atienda en el mismo día es normal, que no coja una llamada, también, el abogado de oficio debe de atender sus casos privados y los del turno y no siempre es fácil. Si no le atiende su abogado de manera generalizada.
Levantamos una lanza en favor de los abogados de oficio que en ocasiones están muy denostados socialmente, como si fueran peores que los abogados privados. Un abogado de oficio no es ni mejor ni peor que un abogado privado. De hecho, lo normal es que un abogado de oficio también ejerza en el sector privado.
Aclarado esto, el cuestionamiento más frecuente del abogado de oficio de «no te hará caso», «no trabajará mucho, hará lo mínimo»…etc, no es cierto, pues un abogado no trabaja mejor o peor en función de si su designación es de oficio, sino en función de su profesionalidad y vocación.
Existen miles de abogados en España, es normal que alguno tal vez no haga todo lo que estaría en su mano, pero mayoritariamente, la inmensa mayoría de abogados de oficio, son excelentes profesionales. El problema radica es que en ocasiones la lentitud del Juzgado nos hace sentir que el abogado es responsable de la falta de agilidad y no hablar con él o con ella nos inquieta.
Confíe en su abogado de oficio, está para defender sus derechos. Además los abogados de oficio pertenecen a la lista concreta en la que están adscritos, por tanto se trata de abogados especialistas.
