Si su abogado es responsable de asistir a su juicio y no se ha presentado habrá incurrido en responsabilidad profesional de las consecuencias que se puedan derivar de la inasistencia.
Para poder valorar si un abogado no se ha presentado a juicio, deberemos de confirmar si efectivamente debía de hacerlo. Para ser el responsable de asistir a juicio debe de existir una contratación y que esa contratación no se haya resuelto con anterioridad.
Analizando ambas premisas en relación a la carga de prueba destacamos:
- Que el cliente es el que deberá de acreditar que existe contratación con un abogado.
- Una vez acreditado por el cliente que existe contratación, el abogado será el que deberá acreditar que esa contratación ya no existe o que no tenia obligación de asistir.
La relación entre abogado y cliente se basa en una relación de confianza, por ello la insistencia a juicio es algo muy infrecuente. Lo primero que deberá hacer si su abogado no ha asistido a juicio es tratarlo directamente con él.
En ocasiones los juicios se pueden suspender con causa justificada si el abogado estaba enfermo o indisponible y está justificado. El juicio en esos casos se suspende y retrasa, pero el cliente no pierde derechos, más allá de las lógicas consecuencias que tenga el retraso de las actuaciones.
Salvo que se trate de un juicio delicado y especial como puede ser uno de familia, en determinados procesos como reclamaciones dinerarias o desahucios, no se trata de una relación íntima de confianza, sino en parte algo más simple, por lo que la sustitución del abogado por parte de otro compañero en caso de que el abogado que gestione el proceso no pueda ir a juicio, es muy buena opción.
La parte más visible de todo proceso para un abogado en la relación con su cliente, es el acto del juicio. No acudir a un juicio no siempre supondrá un perjuicio directo en la causa. Hay que ser cautelosos, prudentes y dar un voto de confianza al abogado, pues en España contamos con una de las mejores abogacías con un sector en el que todos los letrados son valiosos, necesarios y compatibles.
Todos somos humanos y cualquier error o insistencia deberá de valorarse desde la vocación profesional que se presupone a cualquier abogado.
